miércoles, 11 de marzo de 2009

Michael Mitchell Rodríguez, cubano, 27 años


Cinco años atrás, justamente el 11 de Marzo (de 2004), la prensa internacional cubría los atentados de Madrid. Al conocerse que entre ellas había un ciudadano cubano, algún periodista se puso en contacto con la Embajada Cubana en España, creyéndolos, ingenuamente, representantes de todos los cubanos. La respuesta institucional fue, entonces, tajante y descorazonadora: despachar fríamente al interesado y desmarcarse del asunto. Aún hoy no se ha mencionado jamás, en la prensa interna, que un joven de 28 años, uno de los nuestros, perdió la vida ese día. ¿Por qué ese silencio? ¿Por qué esa censura? Solo su familia, amigos y ex-vecinos de Marianao (en la Habana) supieron lo que realmente sucedió, el por qué no volverán a ver a Michael.

¿A que temían? Acaso a un una manifestación no dirigida por “las organizaciones de masas”, espontánea, alentada simplemente por la solidaridad, temían tal vez a una peregrinación de condolencia, a ofrendas florales, a una posible exaltación de la religiosidad, a un pésame masivo... Sea lo que sea que les asustó, está claro que, se han esforzado mucho en ocultar este matiz de la noticia de los atentados del 11-M, que la hubiera proveído de un especial impacto entre la población de la isla.

Un tiempo después, vi en las noticias uno de los tantos actos oficiales en los que se rendía homenaje a las víctimas, en este estaban invitados los representantes consulares de las naciones tristemente tocadas por el drama. No pensé que se atrevieran, pero... ¡Sorpresa...! La “compañera” Isabel Allende (embajadora de Cuba en España en Marzo de 2004) estaba allí.

¡Vergonzoso!

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