lunes, 2 de febrero de 2009

Primero de Febrero de 2009

Fuente de la imagen: http://www.libertaddigital.com

La Confederación Española de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (Colegas) se sumó a la iniciativa. Las organizaciones de gays y lesbianas, que tradicionalmente en España se sitúan cómodamente a la izquierda, desfilaron, sin embargo, este pasado domingo (Primero de Febrero de 2009) junto a agrupaciones políticas consideradas tendientes a la derecha tales como Convergencia i Unió (CiU) y Partido Popular (PP). No estaban solos, también acudieron al llamamiento Unión Progreso y Democracia (UPyD) y Ciudadanos.

¿Qué circunstancias tan especiales consiguieron tan delicada mescolanza? ¿Por qué los gays se manifiestan junto a los que no hace mucho insultaban por oponerse enérgicamente al matrimonio homosexual?

La respuesta es simple, difícil de asimilar para aburguesada izquierda europea, pero simple: LA DICTADURA CUBANA. (Esa dictadura que ahora está de moda llamar “de los hermanos Castro”, aunque a mí no me gusta ese nombre, ni tampoco el de “castrista”, porque señala a, como mucho, dos personas como las culpables, y por supuesto que no es así.)

Desde los inicios mismos de la Revolución, y como parte del demencial plan de la creación de nuevos hombres (El Hombre Nuevo), desprendidos de placeres terrenales y dedicados por entero  al proceso, los homosexuales estuvieron en el blanco… en la mirilla. Tal vez una sociedad, machista y homófoba en su, por entonces, ensalzada ruralidad, sirvió de cómplice a un enemigo fácil con el que hacer una demostración de fuerza. Las razones pueden ser varias y merecerían un análisis profundo y concienzudo, que algún día hemos de hacer.

Ahora solo me queda sentir una tenue felicidad por, el que espero sea, el camino hacia una Europa menos hipócrita y más “enterada” de la realidad cubana.

Por cierto, ¿dónde estaba Pedro Zerolo, el homosexual más popular de la política española?

3 comentarios:

  1. Un placer leerte. Te 'linko' a El tinglado

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  2. Muchas gracias. Hice lo mismo con sus blogs.

    Un abrazo,

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  3. ROBERTO AMPUERO: Carta abierta a la presidenta de Chile
    >
    > ROBERTO AMPUERO
    >
    > Excelentísima presidenta señora Michelle Bachelet: Antes que aborde el avión
    > con destino a Cuba, permítame decirle que celebro la honestidad y calidad
    > humana con que usted gobierna. No siempre concuerdo con sus decisiones pero,
    > como muchos chilenos, me siento orgulloso de su figura. La razón es
    > sencilla: usted es la primera mujer que llega a la presidencia, sufrió la
    > represión, luchó por la recuperación de la democracia, y desde la Moneda se
    > afana por promover la prosperidad y unidad nacional.
    > A partir del respeto que me merecen su imagen y la de sus padres es que le
    > manifiesto mi desencanto por su decisión de soslayar, en su próxima visita a
    > la isla, el carácter represivo del régimen castrista, de ignorar a los
    > disidentes y de inaugurar la Feria del Libro de La Habana.
    > Es a mi juicio éticamente censurable, Presidenta, escudarse en el protocolo
    > para ceder ante un tirano que detenta el poder desde 1959, ha sido condenado
    > por violación a los derechos humanos en Naciones Unidas e impide elecciones
    > libres. Alguien que sufrió prisión política, exigió solidaridad mundial y
    > democracia para los chilenos no puede aterrizar en la isla y eludir a
    > quienes se oponen pacíficamente al régimen que jamás ha tolerado agrupación
    > opositora ni voto discordante en el Parlamento, y mantiene presos políticos.
    > Quien conoció el exilio no puede aplaudir a quien exilia y vitupera a los
    > cubanos en la diáspora, gente que para entrar a su patria necesita visa
    > gubernamental, tal como los chilenos que portaban la ignominiosa L en el
    > pasaporte. Los cubanos de hoy son el espejo de nuestro pasado, Presidenta.
    > Lo que demandaban los chilenos bajo Pinochet --plebiscito, derecho de
    > asociación, prensa libre, derechos humanos, fin al exilio y la policía
    > política-- es lo mismo que hoy anhelan los cubanos. ¿O usted cree que tras
    > medio siglo de castrismo, ellos lo refrendarían en elecciones pluralistas?
    > Si para los chilenos 17 años sin libertad fue demasiado, ¿por qué para los
    > cubanos 50 años sin ella es insuficiente?
    > Tampoco se entiende, Presidenta, que usted inaugure la feria del libro en un
    > país donde reina la censura y centenares de intelectuales --sean Vargas
    > Llosa o Semprún, Zoé Valdés o Daína Chaviano, Arenas o Cabrera Infante,
    > Padilla o Paquito D' Rivera-- están prohibidos. Allá hay además por lo menos
    > tres libros de chilenos censurados: Confieso que he vivido, de Pablo Neruda;
    > Persona non grata, de Jorge Edwards, y Nuestros años verde olivo, de quien
    > le escribe. Como chileno me duele que mi presidenta legitime la política
    > cultural de una dictadura que censura a chilenos. Tampoco resulta congruente
    > que la líder de un gobierno integrado por socialdemócratas,
    > democratacristianos y liberales se desentienda de la represión de los Castro
    > contra personas de convicción socialdemócrata, liberal y democratacristiana.
    > Desembarcar en La Habana y hacer como si se llegara a San José de Costa Rica
    > constituye el sepelio de la superioridad moral de la Concertación en materia
    > de derechos humanos, despierta odiosas divisiones en Chile y mina la
    > consistencia de los principios democráticos de su sector, que ha tornado la
    > defensa de los derechos humanos en leitmotiv. No se puede condenar a
    > Pinochet y celebrar al mismo tiempo a Castro. Que no la acompañen a la feria
    > del libro novelistas chilenos de trascendencia debiera hacerla reflexionar
    > sobre el tema.
    > Hay datos innegables: Medio siglo de totalitarismo, represión brutal contra
    > opositores, prensa controlada, presos políticos, 8,000 muertes documentadas,
    > exilio, isla en ruinas. Que nadie diga después:``¡Si lo hubiésemos
    > sabido!''.
    > Hace 2,500 años el gran Tales de Mileto preguntaba: ''¿Qué cosas vemos raras
    > veces?'' Respondía: ''Un tirano viejo''. Usted aspira a ver ahora al más
    > viejo del mundo. Lo que Tales no aclaró fue que, aunque viejo y enfermo, el
    > abrazo del tirano con un demócrata siempre mancha el poncho --o la
    > guayabera-- de este último. ¿Sabe, Presidenta? Aún anhelo que usted exprese
    > en La Habana lo que supongo anida en su alma de luchadora por la democracia:
    > la convicción de que la defensa de los derechos humanos es indivisible y que
    > éstos deben exigirse para todos. También para los cubanos.
    >
    > Novelista chileno.

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